domingo, 19 de febrero de 2012

7. Shame


Shame es una oda a la sinceridad. A menudo las películas, a diferencia de las novelas, tratan de ocultarnos la verdadera condición de sus protagonistas tras un difuso velo: el de la historia en sí mezclado con una cierta censura. Sin embargo, en esta película todo lo que encontramos es sincero, nadie trata de engañarnos, al revés, la intención es que lleguemos a comprender a la perfección la realidad de la situación.

Shame es una película que no intenta contar una historia, sino una sensación, un estado. Y lo consigue. Tras los casi 100 minutos de film uno es capaz de sentir de verdad qué es lo que siente el protagonista, es capaz de ver la crueldad de la vida y cómo el día a día es duro para todos.

Quizá Shame sea una de las pocas películas que haya conseguido mostrar ese sufrimiento que reside dentro del placer. Es capaz de hacer que del clímax sólo surjan lágrimas, es capaz de hacer que cada uno sepa ver en el papel de Michael Fassbender, sus propias debilidades.

La actuación es soberbia, tanto de un Fassbender espléndido que se merecía una nominación al Oscar sin duda, como de Carey Mulligan, esa joven actriz que ha tenido el honor de protagonizar dos de los mejores films de este año (Drive y la película de la que hablamos ahora).

Es difícil encontrar una película que sepa tratar tan bien el tema de la soledad, del miedo, de las obsesiones, de los deseos de superarse que no siempre se ven recompensados por un destino que, por mucho que lo intentemos ocultar, es más cruel que benevolente.  Un 8.4/10 es mi nota. Espero que la disfrutéis.

1 comentario:

  1. Me encantó la película porque se toma con tranquilidad para enseñar la historia...La versión de "New York, New York" de Mulligan te deja sin palabras por la tristeza que transmite..

    La verdad que me gustó bastante y me parece una locura que no esté nominado en los oscars...pero en fin, el sexo parece que es un tabú para ellos..

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